ADRIANA BRAVO: AUTOPLAGIO DE UNA IDEA RECURRENTE  

CRÍTICA A LAS OBRAS PRESENTADAS AL SALÓN PEDRO, 2024

En 2020, Adriana Bravo impulsó la impugnación del concurso Pedro Domingo Murillo en su versión LXXII. Esta acción se fundamentaba en que una fotografía de Patricio Crooker había sido utilizada por Angelo Benito Guzmán para realizar un grabado. Asimismo, Bravo promovió la revisión de las obras de la categoría de Otros Medios, debido a que dicha mención fue declarada desierta. En la publicación que difundió a través de sus redes sociales, se lee: “Ninguno de [los jurados] es experto en arte contemporáneo o nuevos medios […] En un acto de ética profesional, lo más óptimo hubiera sido que [los jurados] se declararan inexpertos y solicitaran la ayuda de un profesional que pudiera guiarlos en la selección”.

Respecto a los aspectos señalados sobre la especialidad de Otros Medios, Bravo preguntaba: “¿Es que acaso un acto de originalidad consiste en reproducir una fotografía? ¿Acaso no son importantes los conceptos que encierran las obras?” En un párrafo posterior, sentenciaba:

“Consideramos que la decisión de declarar ‘desierta’ la especialidad de Otros Medios es un insulto al tiempo, la maestría, la trayectoria y la inversión económica de las y los artistas (muchos de ellos con mediana y larga trayectoria), quienes nos hemos acercado al concurso en estos momentos críticos [Pandemia del COVID-19], cuando el panorama cultural está en crisis, por la desaparición de premios y la fusión del Ministerio de Culturas.” (sic).

La impugnación realizada ese año puede analizarse desde múltiples perspectivas. En nuestro caso, nos ceñiremos a las afirmaciones que comparte Adriana Bravo. Primero, la ética profesional por parte del jurado para evaluar la especialidad de Otros Medios. Según Bravo, ninguno de los jurados era idóneo, por lo tanto, deberían haber reconocido sus limitaciones para evaluar arte contemporáneo. En el concurso de salón Pedro Domingo Murillo de ese año (2024), se contaba con Joaquín Sánchez, quien era la persona más idónea para hacer una evaluación correcta, aspecto que no se llevó a cabo.

Segundo, al declarar el jurado desierta la mención de Otros Medios, esto se convirtió en un acto irrespetuoso hacia todo el medio artístico, por la falta de seriedad en la evaluación. Ese año, sin embargo, se contaba con reconocidos artistas y uno de ellos, además, era cercano a la generación de Adriana Bravo, como es el caso de Fabricio Lara, quien fue su compañero de estudios en la universidad. 

Se puede concluir, a partir de la determinación impulsada en ese año, que los organizadores del concurso cambiaron las normativas, pues ahora ninguna mención puede declararse desierta. Un grave error. Asimismo, todas las convocatorias del Pedro Domingo Murillo, por lo menos en los últimos 5 años, no toman las recomendaciones de los jurados y, en consecuencia, se sigue presentando la misma convocatoria. Situación que empeora cada vez más por no realizar una evaluación del concurso. 

Frente a este panorama, vemos una necesidad por parte de Adriana Bravo de elevar el concurso a mejores esferas. Su interés por cumplir los términos del concurso y exigir un jurado idóneo es ponderable desde todos los puntos de vista. No obstante, la artista, reconocida con el premio al Gran Mérito 2023 por la Galería de Arte Bolivia, incurrió en autoplagio en el concurso Pedro Domingo Murillo 2024 con dos de las tres obras que presentó.

Recordemos que su obra ‘Las vaginas del Gran Poder’ fue presentada desde 2019 hasta la fecha en varios espacios culturales, tanto nacionales como internacionales. La primera muestra se realizó en 2019 en la Galería Puro, con fondos financiados por el Programa de Intervenciones Urbanas, donde además se impartieron talleres en diferentes temáticas bajo el nombre ‘Taller Vaginas del Gran Poder’. El proyecto fue realizado en coautoría con la artista mexicana Georgina Santos, quien desde su colectivo ‘Las Sucias’ ya bordaban vaginas para diferentes muestras, llamadas ‘Las Virgenes de las Panochas’ en 2011. 

Posteriormente, la obra fue expuesta en Galería Puro en La Paz (2020), Galería Kiosko en Santa Cruz (2021), Persona Casa Galería de La Paz (s/f), y en el Museo Nacional de Arte (2022). Todos estos datos fueron presentados por la Curadora Mateche Rojas en la entrevista realizada por Douglas Rodrigo Rada de Kiosko, específicamente en los minutos 43’40 (Kiosko Galería, 30 de marzo, 2021) . Fuera de Bolivia se expuso en el Museo de las Mujeres en Costa Rica en 2020 y, sosteniendo una entrevista con Giorgina Santos, actualmente se expone la obra de manera parcial en Buenos Aires, Argentina.

Según la curadora Mateche Rojas en la entrevista realizada por Kiosko, sostiene que: no siempre se ha representado bien las vaginas por otras mujeres en colectivo. La diferencia en las representaciones de Adriana y Georgina es que parten de una observación íntima de la vagina. Su virtud es que ambas hablan desde el espacio de la fiesta y la libertad, en el cual toda mujer se siente libre (36’25 – 36’38’). Al llegar a la hora y media de la  misma entrevista, la curadora Mateche plantea que: ‘Las vaginas del Gran Poder’ es arte contemporáneo (1’23’08). El arte contemporáneo es atemporal; pero, las representaciones son intenciones del discurso y relatos de poder (1’24’00). Agrega que: El trabajo manual construye todas las posibilidades estéticas que maneja el arte contemporáneo, ligados a una mirada de lo popular (1’25’00). En otras palabras: “El arte contemporáneo se sustenta en elaborar bien el discurso” (1’26’’06).

Sin embargo, el discurso de las representaciones de ‘Las vaginas del Gran Poder’ no debe estar por encima de las cláusulas de un concurso, ya que pone en cuestionamiento su seriedad. Esto se debe a la falta de rigor en la revisión de las obras por parte del jurado y, sobre todo, porque provoca que el Salón Pedro Domingo Murillo de este año esté viciado. En la convocatoria, en el punto 8, apartado 8.2, se señala lo siguiente:

No siendo suficiente la presentación de esta obra ya expuesta en varios escenarios, también se presentó ‘Tata azul danzanti yanantil’, la cual estuvo expuesta en la Galería Materia Gris de Mateche Rojas en 2023. Por último, la coautora de las ‘Vaginas del Gran Poder’ presentó una linografía a color que obtuvo la Tercera Mención, con una puntuación de 90,2, y que lleva por título: ‘Caerás’. Obra publicada en sus redes sociales de Adriana Bravo. A estas alturas, resulta inmerecido el reconocimiento que recogió Jorge Dávalos en el día de la inauguración en nombre de la artistas y es totalmente impugnable por las bases del concurso. (Ver video de la inauguración en el minuto 22’15).

Se considera plagio cuando alguien toma el trabajo, las ideas o las palabras de otra persona y las presenta como si fueran propias, sin dar crédito al autor original. El autoplagio de una idea, por consecuencia, es reutilizar un trabajo propio que ya fue publicado o presentado antes, sin indicar que se lo ha hecho. Hoy en día, con la expansión de las redes sociales, es muy fácil tomar ideas, técnicas y propuestas de otros y presentarlas como únicas.

El accionar de Adriana Bravo, lamentablemente, empaña el trabajo de todos sus colegas artistas, provocando que el jurado tenga una visión sesgada de las obras y califique de manera errónea. Pero, sobre todo, pone en tela de juicio su ética profesional y demuestra que hay artistas cómplices que guardaron silencio frente a este hecho, pues son amigos cercanos a Adriana Bravo que conocen su obra. De la misma manera, todos los artistas que participan en este concurso o no, también se vuelven cómplices al no reclamar estas irregularidades, sabiendo que la obra fue expuesta en el Salón o en otros espacios culturales, por ejemplo: el Bestiario. Evidentemente, estas actitudes desnudan a todo el sistema artístico y ponen en duda el concurso en esta versión.

El presentar tres obras ya expuestas y la que ganó mención, es jurídicamente punible, ya que Bravo firmó una declaración jurada al entregar las mismas, donde se señala: “La obra a presentar es inédita y no fue ganadora en ningún certamen concursable del municipio de la ciudad de La Paz, ni presentada con anterioridad en otro concurso a nivel nacional o internacional, no fue expuesta en salas de exposición ni espacios similares”.

Frente a todas estas irregularidades, es necesario solicitar a los responsables del Salón Pedro Domingo Murillo, mediante una solicitud respaldada con firmas, una auditoría, porque es un concurso municipal y, por tanto, se utilizan fondos públicos. Asimismo, se debe proceder a tomar acciones para hacer una evaluación detallada del Salón Pedro Domingo Murillo en el siguiente marco: no haber cambiado las bases del concurso frente a las recomendaciones dadas en anteriores versiones por los jurados; no contar con una base de datos para que el jurado pueda contrastar las obras que se presentan; seguir premiando a artistas que ya ganaron en anteriores versiones y, sobre todo, mantener cláusulas que perjudican al patrimonio nacional.

Puedes ingresar en el siguiente link para recabar las firmas:

https://chng.it/QPtDXRWdrm

[ Embocadura ]

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *